viernes, 3 de agosto de 2012

tradición de Nuevo chimbote

El Puerto de Santa y la Semana Santa 
Narran los nativos del distrito de Santa, que su población fue muy floreciente en los primeros tiempos; contaban con un puerto principal y su respectivo muelle de embarque, así como un templo erigido al Señor. Relatan que en Semana Santa, al sacar en procesión a las vírgenes por las calles antiguas de Santa, se veía salir al Señor en Andas acompañado de una multitud que “le acompañaba con sus velas prendidas hasta el puerto” todo sobre las olas del mar; terminándose la visión en cuestión de segundos de ilusión óptica.
El Cerro de la Caja
En el trayecto de Chimbote a Santa por la carretera Panamericana antigua, existe un trecho que se conoce como la “Cuesta de Santa”, que al descenderlo hacia la derecha se observa el cerro denominado “de la Caja”; toma este nombre por que ante el silencio profundo del ambiente, se oía dentro del cerro el sonar de la Caja o Tinya (instrumento Inca), pero conforme se acercaba uno a la base del cerro dejaba este de tocar. Este fenómeno ahora casi no se nota, jamás fue estudiado científicamente: pero los nativos o oriundos de la caleta de Coishco, manifiestan que las Coyas del Inca fueron enterradas en dicho cerro para evitar que cayesen en manos de los conquistadores españoles. Bien podría ser uno de los conductos del gigante volcán dormido.


La mujer que compró su marido
El año 1946 se presentó ante el Secretario del Concejo Provincial, una hermosa porteña que quería contraer matrimonio civil, fijada la fecha y la hora, en plena ceremonia hizo acto de presencia una mujer con su hija tratando de impedir el acto amparada en la Partida de Matrimonio que exhibía. La contrayente ni corta ni perezosa llevó a la mujer a un extremo de la Casa Municipal y le extendió un cheque por 250 mil soles de entonces, que fue aceptado. El Secretario no quiso continuar la ceremonia, exclamando la mujer que no se preocupara que ella firmaría como testigo, autorizando el Alcalde la compra del marido por la mujer adinerada.

El Ahogado
Narran los primeros pobladores que cierta vez salió de pesca un padre con sus dos menores hijos, adentrándose muy cerca a la cueva "de las brujas"; contraídos en la faena no se dieron cuenta que el atardecer cubría con su manto nocturno la bahía, empezaron a remar cuan rápido les permitía sus energías; entre las sombras se levantó una sombra como fantasma que rápidamente jaló a uno de ellos perdiéndose entre las aguas. A partir de esa fecha nadie se atrevía a salir a pasear, menos a pescar de noche, por que se oía el gemido lastimero del ahogado pidiendo auxilio"... auxiiiliooooooo meeee aaaahogoooooo". Esta leyenda fue convirtiéndose en terror de los grandes y pequeños, el que llegada la tarde se encerraban en sus chozas de caña y esteras, permaneciendo la caleta completamente desierta y en sepulcral silencio.

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